sábado, 17 de mayo de 2008

Lágrimas de peso

Estimado Paco:
Hoy he amanecido con una extraña preocupación: ¿El día de mi muerte habrá alguien que llore por mí?
Y mi ansiedad va en aumento al comprobar el escaso número de candidatos a plañidera, aunque, siendo sincero, solo las lágrimas de mi familia directa me importarían de verdad. Esas lágrimas, y no otras, justificarían mi existencia.
Los demás, - lo sé, suena fatal-, no me importaría que falleciesen antes que yo.
Más que nada, para evitarles el disgusto de mi defunción.
Saludos cordiales
Tor

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