domingo, 21 de diciembre de 2008

Es lo que hay


¡Os echaré de menos!

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sábado, 20 de diciembre de 2008

Se armó el Belén (y II)

En Navidad, el mayor motivo de disputa en mi casa, es la colocación del Nacimiento. Siempre tengo bronca con mis hijos, y aunque hago firme el propósito de que esto no suceda, todos los años –inevitablemente- los problemas se repiten.
Vamos a olvidarnos,- ¡les hace tanta ilusión!-, de que para sacar tres cuadraditos de musgo, mis hijos levanten 100 m2 de jardín y lo pongan todo hecho un asco. Esto es solo el inicio de la confrontación, pero es “pecata minuta” en relación al resto.
Para empezar, tenemos el problema de las tallas. Por un extraño motivo, todas las figuritas del Nacimiento se recogen, año tras año, -haciendo caso omiso a la época en la que han sido adquiridas- en la misma caja de cartón. Y así, podemos observar a un Melchor gigante al lado de un Gaspar enano y un Baltasar que no le llega ni a la rodilla al camello. Porque, claro, -además-, por esa inevitable y no escrita ley de Murphy Navideña, siempre le toca el camello más canijo al Mago más alto.
Después viene el problema de la congruencia cronológica: Les tengo dicho mil y una veces que no quiero ver en medio de tan bucólico escenario a los dinosaurios y a los Clik de Famobil .Intento explicarles que esas figuras confieren al Nacimiento un toque surrealista y anacrónico. Pero como si nada: Ahí están, año tras año, como verdaderos guardianes de los tiempos pasados y futuros.
Pero lo peor viene al segundo día, que es cuando yo comienzo a ponerme de los nervios, a fruncir el entrecejo y a preguntar en voz alta: ¿Era, por casualidad, Galilea una región especialmente sísmica? No sé cómo, ni por qué, (quizá le aticen con la aspiradora o haya muchas corrientes de aire en mi casa)- pero el hecho cierto es que el Nacimiento se convierte, como por ensalmo, en un verdadero campo de batalla: Y así, los pastores, en vez de cuidar las ovejas,- tal y como de ellos se espera-, aparecen todos durmiendo la siesta sobre el musgo. Tumbados a la bartola, -¡tan tranquilos, oye!-, mientras sus descarriadas ovejas andan perdidas por los cerros de corcho. Eso sí, los tíos no sueltan el cayado ni para dormir…
Aunque en esto de los terremotos, la figura de más alto riesgo es sin duda el angelito que extiende sus alas sobre el Portal. Se lo tengo dicho una y mil veces: ¡Usad lo que queráis, aunque sea Loctite, pero no quiero ver más al angelito montado a caballo sobre la vaca! Es que esta desubicación me pone los pelos de punta, le da al conjunto un aire tan anarco-irreverente que no lo puedo soportar, me sienta fatal a la vista…
Y ellos, como si nada, ni el más mínimo caso…
Pero la cosa no queda ahí. El aguerrido soldado, vencido bajo el peso de la lanza y el escudo, permanece de bruces con la cabeza semisumergida en ese típico arroyo de papel de plata que todo “creativo” que se precie trata de incorporar al paisaje.
Y ahí, con el ejército romano haciendo aguas, medio ahogado, es cuando a mí ya me entran ganas de llorar…
E imagino tan intensa la actividad geo-sísmica de la zona, que parece que hasta el riachuelo se haya visto desbordado con las últimas lluvias y así, los cisnes ,-que plácidamente se deslizaban sobre él el día anterior-, aparecen patas arriba en el fondo del barranco en compañía de tres ovejas, una gallina, una señora lavando y el perro del pastor.
-¡Esto no es un Nacimiento, esto es una merienda de negros, leñe!- me desgañito sin que me hagan ni puñetero caso.
-¡Bueno papi, “buen rollito”, que es Navidad! -me contestan
-¡Mecagüen…!


Y lo peor de todo es que, allá por Semana Santa, cuando ya me da vergüenza, me toca recoger el árbol, las bombillas de colores y las figuritas del Belén.
En la misma caja de siempre y sin clasificar por tallas, por supuesto.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Se armó el Belén (I)

Ya os expliqué que las fiestas navideñas, en general, me hacen ilusión. Pero también reconozco que hay unos cuantos detalles que no me acaban de convencer.
Obviando la hipócrita “cara de bueno” que todo el mundo insiste en poner- inútilmente- durante las fiestas, una de las cosas que menos me agrada es la creciente manía de adosar a las fachadas un "Papa Noel trepador". Cada día son más grandes, gordos y numerosos. La crisis les trae sin cuidado y se multiplican como una plaga rojiblanca. ¡Estamos invadidos!
Mi vecino puso uno de esos papanoeles alpinistas en una ventana próxima a la mía y por las noches, cuando llego a casa, me da un respingo advertir su regordeta figura cerca de mi habitación. Como lleva saco, siempre lo confundo con un ladrón y me mosqueo. Es decir, que en vez de excitar la fantasía, me da miedo. Además, a la menor racha de viento, -no aguantan ni dos días-, todos penden como verdaderos ahorcados… Deprimente. ¿No?
Yo soy más de Reyes que de Papa Noel y, la verdad, no llevo nada bien esa indumentaria chillona que incorpora los colores de la multinacional del refresco o –peor aun-, los colores del Sporting.
Así que tengo pensado que, simulando regar las plantas, mis hijos le propinen una patadita al susodicho y que, con un poco de suerte, logremos que ruede tejas abajo.
Y ya me imagino mi propia voz de “padrino” para adiestrarles:
-“Sobre todo, chicos, que parezca un accidente…”
Tordon
PD: En esta época de bondad, paz y felicidad navideñas, el andar pensando como un mafioso me deja el cuerpo fatal, pero…

jueves, 18 de diciembre de 2008

Hacia Belén va una burra...

En los últimos años, por estas fechas, vengo observando una actitud que amenaza con convertirse en epidémica y que, en ese sentido, me preocupa.
Y esta nueva “fashion” no es otra que la curiosa pose exhibida por algunos individuos, -por otro lado personas sensibles y bondadosas-, que manifiestan abiertamente su desagrado ante la llegada de las Fiestas de Navidad.
Y yo, -que soy como un niño y voy en plan happy- estoy hasta las bolas (navideñas) de que me contesten con expresiones tales como: ¡Buff, que rollo! o ¡A ver si pasan pronto! o ¡Mejor no había fiestas,… son tan tristes!
Y si valoramos el concepto de que “el recuerdo de los seres queridos pueda enturbiar los momentos de alegría”, hemos de reconocer que, según esa premisa, no podríamos nunca disfrutar de ninguna de las actividades festivas de nuestra existencia, ya que,- es evidente,- siempre habrá alguna persona (a la que nos unía un lazo emocional intenso) que, por desgracia, esté ausente.
Estoy absolutamente de acuerdo, por otra parte, en que el consumo frenético es el denominador común de estas entrañables efemérides de Epifanía, pero confío en el espíritu crítico y en la sabiduría de mis conciudadanos, para que, llenos de cordura, coloquen el acento en las relaciones familiares y en otros aspectos mucho más profundos que el vacuo mercantilismo de la Campaña del Corte Inglés.
Yo, para empezar, solidario con la crisis, he sugerido que en mi casa se plantee la posibilidad de cocinar un menú tipo “lentejas y ensalada mixta”, en vez de esos suculentos manjares que, por el simple hecho de ir enrollados en espumillón, quintuplican sus precios. (No me van a hacer caso, seguro)

Y si aún así, , puñetero pastorcillo, has reflexionado sobre lo anteriormente citado y no te gustan las fiestas... ¡cállate hombre, y no se las amargues a los demás!
Ya sé que los Reyes son los padres, listo, pero ¡leñe!, no me quites la ilusión…

PD: La foto que acompaña esta entrada es la felicitación navideña de la Familia Tordon Lorz. Me la ha enviado alguien que me quiere mucho, aunque yo la quiero más a ella… Y eso que no me ha sacado nada favorecido…

martes, 16 de diciembre de 2008

6 VERDADES de la vida


PRIMERA VERDAD:

1. Nadie...¡ ABSOLUTAMENTE NADIE EN TODO EL PLANETA TIERRA!, puede alcanzar a tocarse las muelas posteriores de la boca CON LA LENGUA.


SEGUNDA VERDAD:

2. Todos los Idiotas, después de leer la primera verdad, lo intentan.


TERCERA VERDAD:

3. La primera verdad es mentira


CUARTA VERDAD:

4. Estas sonriendo ahora porque eres uno de esos idiotas.


QUINTA VERDAD:

5. Ya estas pensando en mandar esto a otro idiota.


SEXTA VERDAD:

6. Todavía tienes esa sonrisa tonta en tu cara…



Disculpadme por esto, queridos blogueros...pero no me gustaba la idea de ser el único idiota de este planeta.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Vuelo libre


Nunca fui pasional ni viajero, pero aquella azafata de la British Airways, cambió mi vida.
Mis constantes idas y venidas a Londres propiciaron una voluptuosa relación limitada a los 45 minutos que separan Ranón de Heathrow. En aquellos días, vuelo y fornicación fue todo uno, nunca me dieron miedo las turbulencias. Recuerdo la cara de perplejidad de la chica de “facturación” cuando- porfiado- insistía una y otra vez en instalarme en la última fila.
El trayecto se nos hacía corto. Apenas hablábamos, no había tiempo que perder, y, aunque manejamos mucho la lengua, mi inglés no experimentó mejoría alguna. Y es que con ella, liberado del cinturón, me sentía flotar, y en cada nube y a cada beso, tocaba el cielo con la mano. Fue la nuestra una relación intensa, aunque estrecha, obligados como estábamos a desahogar nuestra lujuria en el angosto servicio de caballeros. Un afecto explosivo, que, curiosamente, nunca pitó en los controles...
Pero esta arrebatadora pasión finalizó con su inesperado contrato por la Qatar Airlines. Nunca llegamos a despedirnos.


El otro día, - soñando-, se apagaron los motores del avión en el que viajaba. De la cabina del piloto, corriendo hacia mí, ella salió gritando: “Con las prisas, nunca tuve oportunidad de decírtelo: Te quiero”


Pero, en el último momento, me agarré con fuerza a las sábanas y todo quedó en un susto.


Para “ Porquero” y “ Noguera”, manantiales inagotables de inspiración.
http://desdelacatacumba.blogspot.com/ (8-12-2008)
http://jaimenoguera.blogspot.com/ (12-12-2008)

sábado, 13 de diciembre de 2008

...teléfono...mi casa...

Decía el filósofo suizo H.F. Amiel que la vida no es más que un tejido de hábitos. Pero en ocasiones, inesperadamente, surgen pequeños acontecimientos que rompen la monotonía . Espontáneos detalles que, como chispazos, iluminan nuestra existencia .
Hoy, despues de comer, a las 4 menos cinco, con el casco y las llaves en la mano, preparado para marchar al trabajo, sonó en mi casa el teléfono. Al otro lado de la línea, oí una voz femenina ,conocida y querida , que tras mi apresurado “¿diga?”, contestó:

- ¡¡Papi!!
- ¡Hola, cuca!, dime…
- ¿Papi?
- Sí, dime, dime…
- ¿Papi?
- Sí, cielo, soy papi, ¿me escuchas?
- Papi, te noto la voz muy ronca…
- Sí, tengo un gripazo horrible…
- Pero mucho, mucho…esa voz tan ronca…
- ¡Es para comeeeerte mejooooor…! Ya sabes, como el lobo del cuento…
- ¿Papi?
- Sí, Sara, por favor, ¡que tengo prisa!, dime, dime…
- ¿Sara?..¡Cómo que Sara! …¡Soy Cris!
- ¿Cómo? ¿Cris?, pero…¿ a qué número estás llamando?
- Eh…esto…al 363636
- No, no, estás equivocada, éste es el 363036, pero como a mí también me llaman “papi”,…bueno… yo… pensé...
- Sí... bueno… lo siento, supongo que esto le pasará a mucha gente…
- Sí, claro, es normal, esto le pasa a todos los papis que tienen hijas y a todas las hijas que tienen papis…
- Vale, papi, lo siento…quiero decir…eh… bueno, señor, lo siento mucho…
-No te preocupes Sara,…digo…Cris,…esto le puede suceder a cualquiera…

Y colgó.

No me creeréis, queridos blogueros, pero, tras la llamada, me quedó en el cuerpo una intensa flojera , un profundo desasosiego, una extraña sensación similar a vivir en un sueño. Y con el casco en una mano y el teléfono y el abrigo a medio poner en la otra, me sentí como el intérprete de una fábula surrealista.
Y si no fuera por la voz que me dejó esta maldita gripe, seguro que esta jovencita me hubiese contado sus problemas, sus alegrías, cómo le va con el novio, qué tal sigue en el trabajo…Y yo le hubiera hecho mimos, dado ánimos, enviado consejos y hasta, como es habitual, girado unos cuantos euros para compensar -¡fíjate tú!- lo caros que están en Málaga los libros, los cines y los restaurantes…

Sí, definitivamente, pienso que nos hubiésemos llegado a querer un montón.

También hoy, por supuesto, llegué tarde a trabajar.
Tordon
PD: ¿De que blog será "fan" la de la foto?

jueves, 11 de diciembre de 2008

Sensibilizados


Tengo un amigo funcionario que me ha pasado confidencialmente esta nueva campaña que pretenden lanzar conjuntamente el Ministerio de Sanidad y la Dirección General de Tráfico (Y que os adjunto en la foto, aunque para leerla tendréis que pinchar sobre ella y ampliarla).

También me ha informado sobre los nuevos eslóganes que se están barajando:
-“Póntelo, pónselo, abróchate el cinturón y no desabroches la falda”
-“Si lees, no conduzcas”
-“No podemos conducir, (ni mirar “elsubmarinobajoelgrifo” ), por ti”

¡Este último me gusta!

El Bien, la Verdad, y mi empanada mental (y 3)


Pero él insiste:”La verdad está por encima de las leyes”.
Todorov, el más sereno, trata de centrar el problema: El moralismo domina cuando el bien impera sobre la verdad y cuando, por presión de la voluntad, los hechos se convierten en materia maleable. El cientificismo prevalece si los valores parecen depender del conocimiento y cuando las opciones políticas se hacen pasar por deducciones científicas”.
Y en este punto, sale a colación Diderot, que deseaba que las conductas de los humanos solo obedecieran a las leyes de la naturaleza. E inevitablemente, a rebufo de la anterior idea, citan a Sade y su perogrullada de que “puesto que la destrucción es una de las primeras leyes de la naturaleza, nada que destruye podría ser considerado criminal”.
Todos los contertulios bajan la cabeza y comentan que este Sade es un tipo extraño, y que además hace cosas muy raras con las mujeres.
Rousseau, disculpándose por llegar tarde (afilar la cuchilla le lleva un montón de tiempo), nos recuerda que debemos huir de todo determinismo, debido a la extrema complejidad del ser humano que hace que “esté de acuerdo u ofrezca resistencia”
Vico, un picapleitos napolitano, también entra por la puerta y,- arruinada la camisa con la salsa de los espaguetis-, da un toque exótico al debate:”el conocimiento del mito y la poesía es más adecuado para determinadas materias que el que se apoya en la razón abstracta”.
Todorov, sin quitarle ojo a los lamparones del recién llegado, concluye que “el moralismo, en este caso, el sometimiento de la búsqueda de la verdad a las necesidades del bien, es mucho más antigua que la ilustración y se opone diametralmente a su espíritu, pero le ha sobrevivido muchos años”.
Condorcet, que ya va por el sexto chupito, concluye:”el aumento del sentido patriótico y el despertar de los “fantasmas del miedo”, bastan para descartar la preocupación por la verdad, que sin embargo es constitutiva del espacio democrático”.
“Con la verdad, no se juega”-remacha Todorov.

Bien amigos, me he gastado un montón en cafés y chupitos , y aquí sigo, con la papeleta en la mano, sin haber decidido nada.
Estoy valorando la posibilidad de mudarme a otro poblado.
Incluso a otro planeta.
Estoy asustado.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

El Bien, la Verdad, y mi empanada mental (2)


-Esto no sucedía en mi época,- dice cabreado Voltaire.
¡Claro, para él, todo resultaba sencillo!. Sus disyuntivas discurrían entre el conocimiento del hombre y las competencias de la religión: “La ciencia es una, mientras que las religiones son múltiples”
Y yo,- con todos los respetos y salvando las distancias-, estoy de acuerdo con él: No conozco ninguna secta de trigonometristas, ni de genetistas, ni de algebraicos, ni de cuánticos, por citar algunos ejemplos extraídos del mundo científico.
Más joven que el anterior, Hume, utilizando un símil astronómico, dice que el sol jamás se movería de su sitio aunque todo el género humano decidiera que así fuera.
-”La verdad no depende del voto”,-asegura
Por otro lado,D´Alembert, hijo no reconocido de un general francés, tuvo la sabiduría de fichar a un jovenzuelo de 16 años llamado Marijuanantonionicolás de Caritat que,-¡espabilado que era!- , llegó a filósofo, matemático y político en la Francia revolucionaria. Más tarde sería conocido por el título que heredó de su familia: “Marqués de Condorcet”. Su opinión también resulta interesante: “Defender la libertad del individuo implica distinguir entre hecho e interpretación, ciencia y opinión, verdad e ideología”.
Todorov, que ya va por el segundo café, insiste que “el bien pertenece al ámbito de la voluntad y se materializa en la acción política, mientras que la verdad pertenece al ámbito del conocimiento y asienta en la ciencia”.
Condorcet, - a estas alturas ya se ha tomado tres chupitos-, insiste en que “el poder público no debe enseñar sus opciones haciéndolas pasar por verdades…y no tiene derecho a decidir dónde reside la verdad ni donde está el error…No corresponde al pueblo pronunciarse sobre lo que es verdad o mentira, ni al parlamento deliberar sobre el significado de los hechos históricos del pasado, ni al gobierno decidir lo que debe enseñarse en la escuela”.
Yo le digo que por favor hable bajo, no sea que esté escuchando algún amigo del gobierno y nos caiga a todos un “paquete”…

Pero él insiste:”La verdad está por encima de las leyes”.

martes, 9 de diciembre de 2008

El Bien, la Verdad, y mi empanada mental (1)

Estoy asustado.
Tengo dudas de mis propias convicciones.
Permitidme, estimados blogueros, que os explique el problema: Hace pocos meses, han aparecido en mi tribu unos individuos que se dedican a asaltar las chozas y que en ocasiones matan a sus ocupantes. El Consejo de Ancianos del pueblo (elegido democráticamente), va a someter a votación una ley para que el verdugo detenga y decapite a estos indeseables. Yo tengo hijos, y mi corazón suscribiría sin reservas las medidas que este poder- legalmente establecido- me propone. Pero conozco, de igual manera, que nadie debería disponer de la vida de los demás, que ése es un derecho inalienable de la persona. En suma, que no sé si debe primar en mi decisión el bien común de la tribu o la verdad.
Y me tiembla la papeleta en la mano.
¡Demonios, no sé qué hacer!
El conflicto viene desde antiguo, pero no desde siempre: Cuando hace tres centenares de años, Dios o el Rey Absoluto representaban la confluencia del bien y la verdad, los ciudadanos (creyentes, súbditos) no tenían ningún problema a la hora de tomar sus decisiones. Pero los tiempos han cambiado y las cosas ya no son tan sencillas…
Y aquí me encuentro, queridos blogueros, indagando entre amigos y conocidos a fin de conseguir una adecuada certeza, un consejo que alivie mi pesar, algo que serene mi angustia. Pero escucho en una y otra parte, y nada de lo que oigo me aclara mucho las cosas.
Mi admirado Unamuno me explica que “la razón es aquello en que estamos todos de acuerdo. La verdad es otra cosa. La razón es social; la verdad, individual”.
Agradezco al bilbaíno sus palabras, pero -por si en sus reflexiones existiera un componente temporal-, acudo al reciente Premio Príncipe de Asturias, el búlgaro Todorov, que me habla de la necesidad de establecer dos tipos de discursos: “el que tiene por objeto promover el bien, y el que aspira a establecer la verdad”.
La cosa se complica para mí, un humilde grumete bajo un grifo, un marinero de toscas entendederas, y no tengo todavía respuestas. Si acaso, -“sensu contrario”-, mis dudas están alcanzando la profundidad del submarino.

-Esto no sucedía en mi época,- dice cabreado Voltaire.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Sexy

Según una reciente encuesta realizada por la revista “Playboy” a las empresarias italianas, los hombres más “sexys”,- en orden decreciente a la fascinación que despiertan-, serían:
1º Berlusconi …!
2º Obama …!
3º Sarkozy …!
4º Zapatero …!!
5º Putin …!!
6ºHugoChávez … !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

A la vista de este impresionante ranking, el protocolo recomendado a los seguidores masculinos de este blog, quedaría conformado como sigue:

1.-Pedir directamente el alta en la mafia siciliana.
2.-No leer (mirar) más el “Playboy”.
3.-Olvidarse de los escarceos amorosos con las empresarias italianas.
4.-En su defecto, recordarles que existe en el mercado un artefacto muy útil denominado "gafas".
5.- Cambiar el carnet del gimnasio por el de algún partido político.
6.-Dedicarse a la papiroflexia.
7.-Cortarse directamente las venas.

De nada, hermanos, no hay de qué.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Cartas a Stalin

No es lo mismo fracasar que ser derrotado.
En esta sutil diferencia se basa el conflicto que el escritor soviético Mijail Bulgàkov mantiene con los dirigentes de la opresiva y castrante Revolución Rusa.
Esta entretenida obra, de Juan Mayorga, fue representada hace tan solo unas horas en el Teatro Filarmónica de Oviedo bajo la Dirección de Gemma de Luis.

“La lucha contra la censura, cualquiera que sea, y cualquiera que sea el poder que la detente, representa mi deber de escritor, así como la exigencia de una prensa libre. Soy un ferviente admirador de esa libertad y creo que si algún escritor intentara demostrar que la libertad no le es necesaria, se asemejaría a un pez que asegurara públicamente que el agua no le es imprescindible” (M. Bulgàkov)

También escuché esta tarde -cito de memoria- que el escritor que intenta ser leal, el que desea ser útil a una idea (partido, ideología, poder…) produce una literatura que se lee hoy y con la que mañana se envuelve la pastilla de jabón.

¡No importa,- contestará alguno desde el pesebre- ahora solo usamos jabón líquido!

Saludos
Tordon.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Teoría del amor necesario.

Tras un ímprobo trabajo de campo, manejando un detallado muestreo surgido de sectores estadísticamente significativos de la población, (mi primo, mi suegra, cuatro amigos y el gato), he llegado a la irrefutable conclusión de que al mundo no lo mueve el “Amor”, sino la “necesidad de Amor”.
Los hombres, presumidos simios ilustrados, obviando su tenue pintura social, se vuelven altamente vulnerables al influjo imperativo de los instintos primarios; esos instintos que, en forma de impulsos, perviven incrustados en los genes desde tiempos ancestrales. Y estas retorcidas cadenas helicoidales, nos recuerdan, testarudas, día tras día, que sí, que aunque nos pese, necesitamos ser queridos.
Y si nos preguntamos para qué pelea un político, por qué ayuda a los necesitados una monja, por qué investiga un científico o para qué hace gracias un payaso, podemos contestar, sin temor a equivocarnos, que lo hacen simplemente para que les quieran, para obtener la aprobación, el afecto y el cariño de- respectivamente-, los ciudadanos, Dios, la doliente Humanidad o el público en general.
¿Para qué sufre una madre, lucha un empresario, se esfuerza un deportista, llora un niño, opera un cirujano, danza un bailarín, compone un poeta, canta una diva o trabaja un minero?
No tengo dudas: Para que les quieran.

Por cierto, ¿sabéis para qué escribo yo en este blog?
Sí, efectivamente, lo habéis adivinado.

martes, 2 de diciembre de 2008

Adiós, querida mía

Pensé que nunca llegaría este momento, pero la decisión es irrevocable. Fatal y brusca, intempestiva e inopinada, pero tiene que ser así… o no será nunca. Me duele, más no encuentro,- por más que busco-, otra alternativa: He decidido abandonarte, querida mía, mi niña, mi princesa, mi encanto, mi amada.
Y se arremolinan en la mente las imágenes de todas las personas que insistían en que no eras de fiar, que me apartase de ti, que tu compañía solo me acarrearía desgracias. Pero nunca- enganchado a ti como estaba- les hice caso.
Y, a pesar de todo, en este instante de aflicción, no puedo evitar la nostalgia del recuerdo de los buenos momentos que pasamos juntos. Y es que siempre,- fiel compañera-, te tuve a mi lado en los instantes gozosos; de la mano compartimos el lado amable de la vida, los soplos llenos de encanto, los éxtasis de lujuria, los chispazos de cariño, el loco derroche de mucha alegría y mucha juventud…
¿Recuerdas la noche de la foto? ¡Cuánta cercanía, cuanta complicidad…!
Siempre te comportaste- lo reconozco-como la mejor amiga, como el ansiolítico de los momentos difíciles, como la paz del guerrero… Tu compañía me proporcionó,- sin pedir nada a cambio-, un eficaz antídoto contra la depresión. Y tu silencio reflexivo, tu figura evanescente, tu contorno liviano, tu sosegada presencia, colmaron de un gozo sutil todos y cada uno de los instantes de mi azaroso vivir.
Recuerdo aún tus besos largos, profundos, estimulantes…
Mas ahora, debo esforzarme en apartar de mi mente todos aquellos buenos momentos, porque al fin,- nunca es tarde-, he comprendido que ya no me aportas nada, que me restas energía, que me estás matando lentamente…

Adiós para siempre, querida Nicotina, espero que los chicles de menta me ayuden a olvidarte…
Tordon

lunes, 1 de diciembre de 2008

El ladrón y las prótesis (2)

(A propósito de la entrada del viernes 28 de nov)


Pero la vida no acaba
en el punto final de lo escrito.
Y mi sonrisa se amarga,
imaginando su rostro
surcado bajo la sombra
herrumbrada de las rejas;
compartiendo con las ratas,
-encorvado entre blasfemias-,
los mendrugos carcelarios
y la angustia destructora,
que rezuma de las piezas
de su boca putrefacta,
de su infortunio obstinado:
Sin amor,
sin dientes,
sin libertad.

PD: Sí, me remuerde la conciencia.